sábado, 10 de abril de 2010

Placer sádico en Matador

En Matador (Pedro Almodóvar, 1982), el cineasta desarrolla por primera vez el tema de la pasión amorosa arrebatada y destructiva presentando la historia de los amantes que se encuentran gracias a que comparten los mismo instintos asesinos ... y suicidas.

La escena que da inicio a la película presenta al torero retirado Diego Montes (Nacho Martínez) masturbándose mientras ve cine giallo. Las cintas macabras de Dario Argento y Mario Bava son aquí la puerta de entrada del espectador a la tremenda realidad del torero: sólo se excita ante la muerte. Un planteamiento no muy original, pero con el encanto kitsch de las primeras obras de Almodóvar.

La escena del principio muestra a un sádico atormentado que no encuentra la paz. Sólo al final de la película, un final arrebatado -que homenajea a El imperio de los sentidos- si podemos, quizás, encontrar el toque S/M de la cinta, e incluso, la entrega apasionada y brutal de los dos amantes (-Te quiero más que a mi misma muerta. ¿Te gustaría verme muerta?. -Si, y que tu me vieras a mi.)

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