viernes, 31 de agosto de 2012

Adictos al sexo en Entre las piernas

Entre las piernas (Manuel Gómez Pereira, 1998) es una fallida película sobre gente adicta al sexo y los muchos problemas en los que se meten. Fallida porque prometía mucha perversión y, como pasa demasiado a menudo, devino en una historia de cine negro barato con demasiadas ínfulas (y Victoria Abril está, lo siento, insufrible)

Meterse en temas escabrosos y hacerlo con grandilocuencia es una mala combinación y en el cine español se empeñan una y otra vez en meter la pata. Esta peli, con unas gotas de humor, algo más de retorcimiento malsano y menos moralismo, habría quedado ideal. En fin, me vale como homenaje a Bernardo Bonezzi, que tantas alegrías nos dio en los 80.



martes, 28 de agosto de 2012

Voyeur y masoquista en Una vela para el diablo

Una vela para el diablo (Eugenio Martín, 1973) nos sirve para recordar a Aurora Bautista, una actriz que siempre me gustó por desgarrada y loca (en Locura de amor, sublime y enorme en Pequeñeces).

Aquí, Aurora Bautista es una pueblerina reprimida que emprende una cruzada junto a su hermana (Esperanza Roy) frente a la juventud indecente de esos tiempos. Cruzada que acabarán a puñalada limpia. En la secuencia inicial del vídeo, la Bautista ejerce de mirona y disfruta de lo lindo mientras las ramas le arañan esa piel de virgen que tiene. Tremenda. 


 

miércoles, 22 de agosto de 2012

Fetichismo en Arabesco

Arabesco (Stanley Donen, 1966) es una comedia de intrigas y aventuras con muchos puntos en común con Charada, del mismo director, pero con menos encanto que ésta, al menos en mi opinión, que nunca le encontré el punto a Sofía Loren. Se que es una actriz venerada por muchos (hombres), pero a mi nunca me ha llegado a emocionar.

En la siguiente escena, Sofía, en el papel de la intrigante y seductora Jazmine, se prueba zapatos para el poderoso Beshraavi (Alan Badel), que es el típico fetichista de pies y zapatos podrido de billetes y muy decadente (y encima, oriental, el no va más).  Salen zapatos que son una ab-so-lu-ta delicia, aunque mi preferido es el momento botas blancas.

sábado, 18 de agosto de 2012

Azotes y humillación en Orgullo de raza

Orgullo de raza (1955) es una estupenda película de aventuras dirigida curiosamente por Douglas Sirk, director especialista en melodramas, pero que aquí se luce con una historia trepidante y magníficos actores. Por supuesto, destaca el héroe guapo entre héroes guapos del Hollywood de los 50: Rock Hudson.

En la escena, Michael (Rock Hudson) se encuentra ante la obligación de hacer recapacitar a la rebelde Aga (Barbara Rush) por frecuentar compañías poco recomendables. Una buena azotaina a la que yo sólo le encuentro una pega: con tantas faldas y enaguas no puede doler!!!!

(Agradecemos a Fer el fantástico enlace proporcionado, que tanto bien está haciendo a este blog)


martes, 14 de agosto de 2012

Azotes también, en Crímenes de amor

Además de escena de las tijeras, encontré esta escena de azotes a Sean Young. Ya digo que no recuerdo bien la peli, pero creo que Patrick Bergin se montaba una historia del tipo Luz que agoniza. En la escena, Sean Young, a la que su chico ya trae medio loca, entra a matar -con esos cuchillos gordos de las pelis americanas-. Mr. Bergin le propina una buena azotaina por ser tan atrevida. No entiendo bien por qué, parece que en el guión tenían que meter azotes como fuera. 



lunes, 13 de agosto de 2012

Humillando en Crímenes de amor

Crimenes de amor (Lizzie Borden, 1992) es una olvidada y casi olvidable pelicula de los primeros noventa con esa inefable actriz que fue Sean Young (que tanto nos gustaba y que tantos titulares escandalosos dio en su día). No se a ustedes, pero a mi Sean Young siempre me dio un morbazo tremendo, como de chavala sensible que esconde a un putón. En esta peli le acompaña Patrick Bergin, perdido también hoy en día para el común de los mortales. Con su bigote demodé estaba muy bien.

La peli va de romance chungo, con chica despistada y chico que es malo y se supone que te enteras a la mitad de la historia (pero lo ves venir desde el principio). A Patrick Bergin se ve que lo encasillaron en esos papeles porque también hizo Durmiendo con su enemigo, con Julia Roberts. 

Yo no la recuerdo bien pero se que es una historia donde Dominación y humillación dan mal rollo (lo cual es lo habitual en el cine). De todas formas, ahí dejo una escena que, vista así sola, me encanta: la típica escena de cortar la ropa a base de tijeras, que es un rato humillante y un rato gustosa. Sean Young, mujer, disfruta tú que puedes. 


sábado, 11 de agosto de 2012

Striptease en Pal Joey

Pal Joey (George Sidney, 1957) es un musical para gloria de Frank Sinatra y que cuenta además con dos mujeres de cuidado: Rita Hayworth y Kim Novak. Los tres aparecen en la escena, para recuperar uno de los subgéneros preferidos en este blog: el striptease.

Linda (Kim Novak) presenta su número ante Joey (Sinatra), el jefe del local. A mitad de la actuación llega Rita Hayworth, toda una dama sofisticada y Joey empieza a sudar: las dos chicas que desea y una de ellas montando el numerito sexy.

Destacamos dos cosas, o tres. Una, la cara de a-mi-que-me-registren de Kim Novak durante todo el striptease. Ella era especialista en esas caras, que aparentemente no dicen nada pero sí. Dos, el vestido de la stripper, ese miriñaque es la bomba. Y tres, las chicas de coro que le quitan la ropa, que aumenta el morbo. Como siempre, es una peli de los 50, sujeta al Código Hays, pero que se las arregla para calentar al personal. ¿o no?


miércoles, 1 de agosto de 2012

Azotes en El demonio bajo la pìel

El demonio bajo la piel (Michael Winterbottom, 2010) es cine negro que adapta una novela del superadaptable Jim Thompson. Y por eso, ya podemos imaginar lo que nos espera: tipos enfermizos con varios traumas a sus espaldas y una visión muy negra de la humanidad. Aquí, un poli que aparenta ser buena gente (Casey Affleck), esconde literalmente bajo la piel al demonio del título.


En la escena, Lou (Affleck) conmina la prostituta Joyce (Jessica Alba) a que deje el pueblo, ya que de lo contrario procedería a su arresto. Joyce reacciona y le golpea y luego ya se lía, pero bien. A ella le gustan los azotes y parece que la historia tendrá final feliz. Pero no se confíen, con Jim Thompson las cosas nunca acaban bien.